Es importante saber cuándo es necesario reemplazar unos pies de gato en lugar de simplemente recauchutarlos. Aunque el resolado puede prolongar su vida útil, llegará un punto en que el desgaste general del zapato ya no permita que sigan siendo efectivos o cómodos. Aquí te explico cuándo debes considerar cambiar tus pies de gato por unos nuevos:

1. Desgaste severo en la parte superior o estructura del zapato:

  • Si la parte superior de los pies de gato (la tela, cuero o materiales sintéticos) comienza a rasgarse, deformarse o perder su forma original, puede ser un indicativo de que ya no te brindarán el ajuste y soporte necesarios para la escalada.
  • Si la estructura interna del zapato, como el talón o la puntera, está dañada o deformada, el rendimiento del calzado se verá comprometido, y no solo el resolado lo solucionará.

2. Pérdida de forma y ajuste:

  • Con el tiempo, los pies de gato pierden su forma ajustada, que es crucial para un buen rendimiento. Si ya no se ajustan correctamente a tus pies, incluso después de resolverlos, afectarán tu precisión y seguridad al escalar.
  • Si notas que el zapato se ha dado de sí o se ha estirado al punto de ser incómodo o menos eficiente, es momento de considerar un reemplazo.

3. Daño en la media suela:

  • Si el desgaste ha llegado a la media suela (la capa entre la suela y la parte superior del zapato), esto indica que el zapato ha sufrido un daño profundo. En estos casos, resolver ya no es una opción viable, ya que la media suela también está comprometida.

4. Incomodidad o dolor:

  • Si después de mucho uso los pies de gato se vuelven incómodos o dolorosos, especialmente si el acolchado interno ha perdido su capacidad de amortiguación, esto afecta negativamente tu experiencia de escalada y puede ser motivo de reemplazo.

5. Resolados múltiples:

  • Si ya has resuelto tus pies de gato varias veces y aún así notas que el rendimiento general ha disminuido, probablemente sea hora de cambiarlos. Cada resolado afecta un poco la forma y ajuste del zapato, y aunque puede ser una solución temporal, no es viable indefinidamente.

6. Daños irreparables:

  • Cualquier daño grave, como roturas en las costuras o en el material del talón, problemas con el velcro o los cordones que no se pueden reparar fácilmente, son indicativos de que el zapato ya no es apto para su uso seguro en la escalada.

Resumen:

Debes cambiar los pies de gato cuando:

  • La estructura del zapato está dañada o deformada.
  • El ajuste ya no es cómodo ni preciso.
  • Hay desgaste en la media suela o en áreas que no se pueden resolver.
  • Has tenido varios resolados y el zapato ha perdido su rendimiento.
  • Notas incomodidad o dolor por el uso prolongado.

Cambiar los pies de gato a tiempo es clave para garantizar un buen rendimiento y seguridad en la escalada.

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